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lunes, 18 de octubre de 2010

Diferencias de la vida en la mitad del siglo XX con la actualidad de nuestra población. 9

ENTREVISTA A DOÑA ETELVINA MUÑOZ, 75 años.





Doña Etelvina vivió frente a la Plaza de Rivera Chico  -Dieciocho de Julio- y luego al lado de la Escuela 5.
Hace veintidós años fue a vivir a Florianópolis porque su esposo sufrió un accidente de tránsito y se quebró el brazo en dos partes, en Rivera le querían amputar el brazo y unos hijos le pidieron que fuera a consultar a Porto Alegre dónde le hicieron un tratamiento para lo cual se radicó allí, habiéndose curado totalmente sin necesidad de amputación, se fue a vivir en Florianópolis.
Sólo venía a pasear a Rivera hasta que se enfermó de la rodilla, no sabe exactamente de qué, fue a consultar a una policlínica de Florianópolis y el médico, del cual sólo recuerda el nombre, “Enrique”, le dijo: “Usted es uruguaya: ¿Qué viene hacer acá en Brasil?” y, dice ella que el médico es “fanático” de Uruguay que hasta le cantó nuestro Himno Nacional y la convenció de venir a tratarse aquí, por lo cuál hoy está en Rivera haciendo un nuevo tratamiento que no tiene fecha para terminar, hasta eso no vuelve a Florianópolis, y en esas andanzas la encontramos y la entrevistamos, una señora muy coqueta y agradable.

Para que veamos la dinámica, cómo hay cambios en los conocimientos y en el prestigio de la medicina local a través del tiempo.
Concurrió al Liceo N°1 de Rivera, que era el único Liceo que había aquí; el uniforme era la túnica blanca, el Liceo era muy severo, la Directora era la Dra. Celia Elisa Pomoli. Comenzó a concurrir cuando el Liceo estaba en Sarandí, frente al Banco de la República, en la esquina de la Plaza Artigas (donde estuvo instalada “Copas” -hace un tiempo-) y , cuando estaba en cuarto se mudaron al nuevo, donde está ubicado hasta hoy .


Imágenes de la inauguración del actual local del Liceo N°1 en 1953: ubicado en la  manzana cita entre las calles José Artigas, Alberto Nieto Clavera, José Enrique Rodó y Panteleón Quesada.  Refotografiadas del Archivo del Liceo N° 1.

 



Las clases eran “rigurosas”. El profesor era el que “dictaba las leyes”, “cada profesor tenía su modo de ser y teníamos que respetarlos”, para cualquier falta había todas las sanciones.
Recuerda a muchos de sus profesores:
·        fue alumna del Profesor Camiruaga que “era riguroso pero había momentos de chiste y alegría en sus clases, cuando decía terminó, era terminó y a la clase…”;
·        su Profesora de Literatura María Alsira Berrutti, muy agradable, comprensiva, les contaba los viajes que hacía a Europa, soñaban con el Mar Mediterráneo por las “historias” de la Profesora. “Era una Profesora sensible al alumno, pero rigurosa…”
·        refiriéndose a los Profesores en general dice –“Eran rigurosos, ninguno daba mucho afloje… no era como hoy…” “Ninguno era malo para nosotros…”
·        la Profesora Nedy Normey, de música, “dicen que está viva hasta hoy”, era agradable y exigente
·        tenían una Profesora “coqueta”, de la cual no recuerda el nombre, le habían puesto el apodo “María Bunita” por la leyenda del  “cangacero brasileño”
·        el Dr. Trotta les daba clases de Biología.
Iba poca gente al Liceo, “la clase media de antes”; no era común “portarse mal” y estudiaban “mucho”; le pedimos un ejemplo de “mal comportamiento” que ella recordara, nos contó que un compañero en clase de Matemáticas tiró una goma y “fue tan mala su puntería” que le pegó a la cabeza del Profesor” el profesor dijo “-Machado, vaya inmediatamente a la dirección.” Machado se levantó y, sin contestar, fue directo a la Dirección, dónde le aplicaron la falta disciplinaria.




Alumnos del liceo en clase -arriba-  y con sus profesores -bajo-  (refotografiado del Archivo del Liceo N°1)


Una vez que no faltó un profesor, no faltaban casi pero a veces sucedía, estaba cada uno haciendo lo suyo en la clase y empezaron a hacer ruido, apareció inmediatamente la Directora y preguntó “-Quién empezó este baile”, nadie se animaba a contestar, ella llamó uno a uno a la Dirección, por separado y les puso una sanción disciplinaria colectiva que tenían que firmar ellos y luego los padres “-ay!...” Pero… después de hacerlo los llamó a todos y los felicitó por “haber sido buenos los unos con los otros”, es decir, solidarios.
Lo que más le llama la atención, hoy, es cómo decayó el nivel de estudio acá; en los “70”, “-en plena época de la Dictadura”-aclara-  sus hijos estudiaron en Rivera, hicieron ciclo básico en el Liceo Rivera Chico e hicieron Preparatorio en el Liceo N°1, “leían libros” y ella les tomaba la lección, ella considera que era “-un estudio completo”, todos sus hijos continuaron los estudios y no tuvieron problemas, estaban bien preparados.
                            
No todo era estudio, en el liceo también había diversión, estaba la fiesta de la primavera cuando sus hijos iban al Liceo, la fiesta  de las carrozas, los estudiantes,  compañeros y amigos de sus hijos,  iban a armar las carrozas en su casa porque no había muchas casas cerca de la escuela 5 y allí había un terreno grande; se hacían vestidos, llevaban caballos, según el tema que hubiesen elegido  (cada año cambiaba), recuerda que una vez le hizo a su hija un vestido de española precioso.   El desfile era en la semana de primavera por la calle Sarandí, Todos estaban nerviosos porque había mucha expectativa y competencia, se empeñaban para ganar.
                                       
Imágenes refotografiadas del Archivo del Liceo N°1 de los desfiles de carrozas, en los cuáles participaban alumnos de todos los liceos:











 










 

                                                
De su juventud, recuerda los carnavales, frente a la Plaza 18 de julio, cerraban la calle y su esposo traía agua en toneles, un camión, se tiraban con baldes,”-a veces venía hasta con sapos adentro”; pero era “-¡muy lindo!”, había serpentinas… Dice: “-No envidio a la juventud de hoy porque nos divertíamos mucho…” “Hasta la moda hoy está volviendo, los “tomara que caia” (blusas y vestidos sin breteles), las polleras amplias con ruedo, Sarandí era nuestra pasarela, allí paseábamos con nuestra ropa de moda brasileños y uruguayos…”
                                      
La Plaza 18 de julio era un centro social, la gente se reunía allí, recuerda que la Banda de Padre Silva iba a tocar los domingos (pertenecía a la Parroquia de Rivera Chico).
                                      
“-Había comercios en Brasil, del lado uruguayo no había nada, “era muy feo” el lado uruguayo, ni siquiera las calles estaban arregladas. Nosotros comprábamos del lado brasileño por el cambio que nos convenía y acá no había supermercados, sólo almacenes…”


Vista aérea de Avenida Sarandí.  Refotografiada de "El país y sus 19 departamentos: Rivera.", pág.33.


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